¿Puede llevar la «cantidad» a la competencia y al talento?

He tenido la oportunidad de asistir a un desayuno informativo Executive Forum con el Secretario de Estado de Empleo, Juan Pablo Riesgo. Doblemente interesante por los compañeros de mesa que tuve, por algunas de las conversaciones que mantuvimos y por la charla en sí.

Puntos que destacaría:

1. Escuchar la palabra talento y que hay que apoyar y retener el talento en las empresas

Talento

Es un gran avance que este tipo de concepto profesional haya entrado en el Partido Popular porque, obviamente, el tipo de empresas dirigidas por personas afines a esta ideología, van a comenzar a introducirlo.

Un perfil muy característico: empresas con un tipo de dirección y gestión, con todo mi respeto, anclados en lo que funcionó el siglo pasado, cuando la empresa estaba en un mercado en crecimiento, lo que les está perjudicando seriamente a la hora de adaptarse a un mercado saturado y en declive…

Ahora bien, ¿qué significa talento? ¿cómo desarrollamos nuestro talento? ¿quién desarrolla su talento?

¿quien prueba, yerra, vuelve a probar, investiga, pregunta, contrasta, prueba … de forma que aporta argumentos técnicamente lógicos de consecución, de mejora, de plazos de tiempo, de prevención, de solución…?

¿Qué tipo de experiencias tenemos con estas empresas (como proveedores, clientes, usuarios, allegados…)?

– Estrategia:

  • Foco en la sostenibilidad o en los dividendos?
  • Inversión en I+D?
  • Empresas expublicas: con cambio de dirección cada 4 años (más nuevos cargos del partido saliente)?
  • Enfocadas a un mercado indiferenciado y a precio, hasta que su precio se vuelve un bien de lujo, porque el mercado está cambiando y pierde clientes o usuarios?
  • Planificación en función del mercado o de intereses?
  • …?

– Dirección:

  • ¿Se impone la decisión jerárquica o la técnica?
  • ¿Agilidad en la toma de decisiones?
  • ¿Comunicación formal y procedimental o abierta y en función de experiencia?
  • ¿Foco en soluciones o encontrar culpables?
  • Con comunicación transparente u opaca y jerarquizada, que suele matar al «mensajero»?
  • Con una toma de decisiones contrastada desde las diferentes perspectivas de mercado?
  • …?

– Gestión:

  • Objetivos en función de qué intereses?
  • Procedimientos actualizados u obsoletos?
  • Crítica o feedback?
  • Foco en objetivos o en procesos y resultados?
  • Control o supervisión y prevención?
  • …?

– …

Frente a este tipo de empresas, nos encontramos unas emergentes cubriendo la demanda de un nuevo mercado, también emergente: agilidad en la toma de decisiones, con una comunicación abierta, en la que las formas son importantes pero el contenido aún más, que posibilita una calidad dinámica y con capacidad de innovación abierta… y sobre todo, que ya sea como colaborador, proveedor, usuario… me tratan bien y me facilitan aportar mi perspectiva, platear mejoras, ante situaciones imprevistas.

¿Cuál es la posibilidad real de retener el talento en cuanto puedan optar a empresas que además de una remuneración interesante ofrecen, buen clima, compañerismo, foco en resultados, capacidad de toma de decisiones en función de experiencia, aprendizaje y desarrollo profesional… calidad de vida… como «estrategia»?

¿Y que además tienen mucha más capacidad de ser sostenibles que las anteriores, porque a lo anterior suman responsabilidad corporativa y responsabilidad social, local y global?

¿Y que además es interesante y divertido trabajar en ellas y que…. las redes?

Intentar realizar un programa de retención del talento, sin platear una fase de transición (con revisión de estrategia incluida) que lo fidelice, actualizando los aspectos anteriores, mi experiencia es que termina siendo un derroche con un ROI pobre, cuando no, nulo o negativo.

Aquellas que no lo hagan… Arthur Anderson, Lehman Brothers, Altos Hornos de Vizcaya, Mineras, Naval, Automoción… y seguiremos descapitalizando el país, en vez de preparar a nuestras empresas para los diferentes ciclos de mercado y plantear transiciones (a su desaparición o a su actualización) que las permita salir reforzadas de esta crisis, creando culturas de talento, atractivamente interesantes y que fidelizan.

En definitiva, Sr. Riesgo podría hacer honor a su nombre arriesgándose y además de hablar que hay que retener al talento, anime a las empresas a actualizar su estrategia y a actuar en consecuencia.

Tafel mit Problem / Analyse / Lösung - Konzept

2. Números

Muy impresivos y eficientes, ahora bien, me faltaron los que señalan efectividad y eficacia. Parte a la que también hay que dar solución: la pobre calidad de trabajo que representan: precario, mal pagado y presentista.

Me decía una compañera de mesa que el problema estaba en el gran peso del turismo, que implica mucha temporalidad.

Con todo mi respeto, desde mi perspectiva esa no es una causa. Es síntoma y consecuencia de una educación mediocre centrada en memorizar (y ahora ya en buscar información) pero poco entrenada en el razonamiento lógico. Quizás adecuada a las necesidades del siglo pasado pero un lastre para la empresa española en general y la grande en particular.

Eso sin contar los daños colaterales de futuro, cómo impacta en nuestras competencias base.

¿En qué lo podemos comprobar? en nuestro posicionamiento. Hemos pasado de una calidad media alta de empresas referentes en los ¿80? (aeronaúticas, tabacos…) a imperar el low-cost, con todo el desajuste social que implica.

¿Qué tiene que ver la autoestima, la asertividad y la empatía con el posicionamiento en precio o en calidad?

¿Una autoestima sana, qué hace cuando se equivoca?

¿Cómo afronta las situaciones? ¿de frente o detrás de?

¿A quién recurre? ¿a quién le da la razón o a quién verdaderamente le puede ayudar?

Una autoestima sana ES la base de la calidad, porque la persona con este tipo de autoestima, no va a tener razón, va a solucionar, mejorar, aprender…

….

¿Y una asertividad entrenada o un desarrollo equilibrado de nuestra empatía? (para quienes lo tengáis poco claro, os invito a leer cualquier artículo de este blog o de la blogosfera al respecto).

Y si queremos reinvertir el sentido de la espiral «low-costista» en la que nos hemos metido, más nos vale…

¿Había que hacer una reforma laboral? Desde mi perspectiva si, pero diferente.

Con esta reforma han matado al mensajero (despidos, eres, precariedad de contratos, devaluación de salarios de Alta Dirección hacia abajo, dividendos y bonos para sí y para accionistas e inversores…).

Plantear una reforma laboral como la que han planteado, sin previamente hacer una actualización profesional de las empresas, conlleva lo que ha conllevado, hoy por hoy, mucha cantidad y poca calidad.

Y un mensaje de «por el interés te quiero Andrés» a todas esas personas que han/hemos visto como nuestro nivel de vida disminuía en relación casi directa con el aumento y poder de su Dirección o ex-Dirección.

Te queremos hasta que firmas con nosotros (nos votas), una vez que has firmado, prepárate… y más con los últimos mensajes que está enviando la troika de que hay que seguir haciendo «ajustes»…

En ese sentido, interesante la pregunta que me planteó un compañero de mesa, cuando le comenté que seguir con ese tipo de comunicación y mensaje, les puede hacer perder votos indecisos. ¿Qué tendrían que hacer para recuperarlos?

confianza

Tienen en contra tres factores clave (además de los colaterales: «plasmas», penalizaciones, prohibiciones, ley mordaza…):

  • confianza: ¿qué pasó con su programa en las últimas elecciones?
  • experiencia de un tipo de dirección que se ha basado en la imposición en vez de en soluciones dialogadamente trabajada
  • carente de programa ilusionante como nación: trabajos, sueldos… low-cost? sanidad burocratizándose a marchas forzadas? educación cada vez más obsoleta? liberalidad tipo embudo, por supuesto su parte la ancha?

aunque siendo ecuánimes, esto último no es culpa de populares ¿qué hicieron los socialistas en su última legislatura? ¿qué está haciendo ahora? ¿qué están  haciendo Podemos y Ciudadanos, para mantener el control del «ideario»? ¿lo mismo?

Tenemos un reto importante de comunicación y de referentes

– ¿cuántos gobernantes buenos hemos tenido en la historia de este país?

– ¿a quién admiramos más a Isabel la Católica o a Alfonso X?

Convencida de que cuando comencemos a admirar a un Alfonso X, quizás, salgamos de esta pésima tradición directiva.

Volviendo a la pregunta, ¿qué podrían hacer? Sentido (auto)crítico (para lo cual hace falta actitud) y un proyecto de nación factible, argumentado e ilusionante para todos, incluído para sí cuando dejen el gobierno).

Que desde mi perspectiva es lo que deberían hacer todos.

 

Siguiente aspecto:

3. El programa PREPARA y el concepto de éxito

Yo, con todo mi respeto, que me digan que un programa diseñado para la inserción laboral de mayores ¿de 45?, que ha tenido un 15% de efectividad es un éxito… así, absoluto ¿qué queréis que os diga? que si tengo en cuenta el 85% restante, me da qué pensar.

Ahí es donde digo que necesitan desarrollar sus habilidades argumentales, criterio y sentido auto-crítico (cuya clave, perdonad mi insistencia, se encuentran en las 3 competencias base) y ya de paso actualizar su dirección y gestión de proyectos.

¿Es un éxito? 

¿Cuál ha sido su evolución? ¿ha sido en función del mercado o en función de mejora y optimización de procesos? ¿sabemos sus factores de éxito – ese 15% y cuáles son aquellos a mejorar, el 85% restante? ¿coinciden indicadores con evolución en resultados?…

 

Y último punto a destacar:

4. El concepto «liberal»

Personalmente cualquier sistema me parece válido, si quienes gobernaran fueran profesionales y gobernaran con sentido de estado y con responsabilidad.

¿Qué quiero decir? ¿ha funcionado el comunismo? ¿dónde? ¿URSS, Cuba, China? ¿y el liberalismo? ¿Estados Unidos es un referente de liberalidad? ¿Para quién? ¿Se «incluyen» a la hora del cálculo de su PIB los extremos?

¿Fallan las ideas o fallamos las personas a la hora de implantarlas? ¿Y por qué fallamos? ¿Ley del embudo? ¿dirección? ¿gestión?

 

Pero a lo que iba, liberal interesante sería, por ley del embudo, lo que hace Estados Unidos, parte ancha para ellos, proteccionismo a sus propias empresas  y estrecha para el resto de países.

¿Qué hacemos en Europa y en España, independientemente del signo del partido gobernante?

¿Proteger a los de fuera y liberalizar el mercado interno?

Ejemplo de acciones liberales a la española: Madrid: partido popular + partido socialista + ciudadanos votaron para que grandes empresas tuvieran una bonificación en el IBI.

Ejemplo de acciones liberales a la europea: Tratado de Libre Comercio (TTPI por sus siglas en inglés)

¿Me pueden explicar dónde están las «liberalidades» de tales acciones? Es decir ¿les estamos financiado, están absorbiendo recursos nuestros y trasladándolos a otros países pero no puedo supervisarlo?

¿Consecuencia? ¿Destrucción de nuestro tejido empresarial, con sistemas de dirección y gestión obsoletos? ¿Destrucción de nuestro comercio para dar paso a un sistema por franquicias… la mayor parte low-cost y con sede en el extranjero? ¿Devaluación de nuestro know-how y, por tanto de la posibilidad de un mercado con un futuro interesante?

¿Liberal? Sí pero en función del embudo que me presenten. Si ancho para todos, perfecto. En caso de duda, mi sentido común me dicta que lo primero es nuestro pueblo y nuestros recursos, incluido el «laboral» y «profesional», base de nuestra economía.

Ese podría ser un buen nombre de transición ¿recursos profesionales?

Y daría para mucho más. Como podéis ver un desayuno de lo más interesante.

Y volviendo a la pregunta del título, sí, si va acompañado de un proyecto que realmente lo sustente y de transición hacia la calidad.

¿Y vosotros? ¿qué opináis?

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