Acabo de leer la noticia «El perfil de las empresas que contratan en España ¿símbolo de un cambio social?» y no puedo por menos que hacer un llamamiento a la reflexión sobre los impactos que, a medio y largo plazo, la expansión y contratación por parte de tales empresas puede suponer para la economía y la sociedad españolas.
Hace varios años, leí un estudio sobre las consecuencias que había tenido para las poblaciones la llegada del gigante Wall-mart. Aunque al principio parecía una fuente de riqueza, el estudio mostraba cómo al cabo de 10 años de haberse instalado, el empobrecimiento generalizado que se estimaba en dichas poblaciones llegaba a ser de un 40%. Las causas para dicho empobrecimiento era la espiral en la que se entraba:
- Sus bajos precios, atraían a compradores que a la postre significaban el cierre de pequeños comercios autóctonos que no podían competir a precio.
- El cierre de comercios, muchos de ellos, clientes de Wall-Mart, con el consecuente incremento del paro, hacía que Wall-mart fuera a productos más baratos.
- Al ir a productos más baratos, bajaban salarios y obligaban a productores locales a ajustar sus condiciones para, al final, deslocalizar la producción e irse a terceros países, con el agravante que todo ello conllevaba para las empresas que habían incrementado estructuras; una gran mayoría de las cuales quebrarón, ahondando así en la espiral negativa de paro, precio, empobrecimiento.
Si a todo lo anterior, le sumamos las ventajas fiscales que estas organizaciones suelen tener, la desaparición de pequeños negocios, etc.etc.etc., las implicaciones que conllevan la expansión de este tipo de empresas para nuestra sociedad y economía son tremendamente negativas. Es pan para hoy y hambre para mañana.
Nuestras administraciones deberían replantearse «ese dar la bienvenida tipo Mr. Marshall» al que tan habituados nos tienen y nosotros, como consumidores, ser conscientes que cada «euro» gastado en una de esas empresas, es poner en peligro una salida sostenible a la crisis. Hoy más que nunca es necesario consumir con calidad y hacer de la «marca ESPAÑA» (*) (código de barras 84) un valor al alza.
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(*) Entendiendo por «marca ESPAÑA«, no sólo producido y fabricado en España, sino también el valor de consumir y contratar en y a autónomos y pymes de capital español y grandes empresas que coticen en el territorio español.