En una punta del planeta, una buceadora de tubo admiraba los arrecifes arenosos alejada del catamarán que la había llevado hasta allí, cuando de pronto, distingue un tiburón que se acerca hacia dónde ella se encuentra …
myk catamarán, tiburón myk, claramente gana tiburón
¿Será hoy el día? … sentir no siento mucho, diría que como cualquier otro … mmm … ¿qué se supone se ha de hacer en un caso así? ¿peligroso? ni idea …. ¿puedo hacer algo? … observar …
… y así hizo, observar como se acercaba el hermoso escualo, mirarlo cuando por unos instantes infinitos se quedaron frente a frente, hasta que continuó su camino y myk se volvió admirando su elegante deslizar …
Por la noche de charla con un pescador, éste le dijo, has hecho lo que debías. Los tiburones atacan si están hambrientos o se sienten amenzados. Confunden el movimiento del hombre con el de las focas (que, según parece, son su alimento favorito). Además son muy miopes, por lo que si una persona se queda quieta, la puede confundir con un madero y pasar de largo. En caso de que te suceda otra vez y por si acaso te atacara, estira los dedos índice y anular y ataca uno de sus ojos, eso hará que ¿huyan? …
… y myk se fue rememorando aquellos instantes … mirando a los ojos al tiburón cuando este se había acercado ¿miope? y se habían quedado observándose el uno frente al otro durante ¿eones … segundos? … ¿unidos por miopía y curiosidad?
Una persona que ha desarrollado su liderazgo, es aquella que antes de “mal-huir”, sobre todo si la huida está cortada, observa la situación. Si tiene suerte y pasa, además, se entera de lo que tendría que hacer por si hubiera una siguiente vez, hacerlo o volverlo a hacer bien para tener el máximo de probabilidades de que la buena suerte le siga acompañando y lo comparte para que también pueda acompañar a otros.
