Todos somos gestores de nuestro propio tiempo, mejores o peores, pero ese es un hecho que va con nuestra condición humana. Nadie puede vivir, ni ser más eficaz o aprovechar el tiempo por mí. Si pierdo el tiempo o lo gano, el beneficiario directo de sus consecuencias seré yo, yéndome a la hora, teniendo más tiempo para …… o incrementando mi imagen y auto-imagen de eficiencia y eficacia.
Un buen gestor del tiempo sabe que un tiempo malgastado es un tiempo perdido. No tenemos la posibilidad de meterlo en un sobre y sacarlo cuando lo necesitemos pero sí que podemos poner en marcha comportamientos que nos ayuden a ir “ganando tiempo”, adelantándonos a necesidades o imprevistos, aprendiendo a ser más eficientes, etc. Asimismo, un buen gestor del tiempo sabe que sólo ganando en el “micro”, es decir, ganar 1 minuto, 5 minutos al día, es ganar y nos posibilita llegar a lo macro: tener tiempo para todo.
Reflexionando sobre el uso que hacemos del tiempo, podemos encontrar claves y pistas sobre posibles patrones de comportamiento que tengamos asociados y cómo cambiar dichas pautas o conductas.