¿Casarnos con nuestros errores?

Hace bastantes años Gil Ostrander (fundador y CEO de BEI Group) me contó una anécdota de Paul Getty (el viejo) que me impactó. Tal y como lo recuerdo, se desarrollaba, más o menos, de la siguiente manera:

La periodista le preguntaba cómo había llegado a ser uno de los hombres más ricos del mundo. El respondió que tomando decisiones. “Vaya”, le comentó ésta, “sí que toma buenas decisiones!” y él le contestó sonriendo, “pues mire usted, debo acertar en el el 20 – 25% de las ocasiones”. “Pero, cómo es posible!?! ¿Me está usted diciendo que falla entre el 75 y el 80% de los casos?” “Mire, señorita” le respondió él, “Lo único que me diferencia de otras personas es mi falta de … “orgullo”. En el momento que compruebo que una decisión ha sido un error, que ha sido una mala decisión tomo otra y todas las que sean necesarias hasta conseguir los resultados que deseo”.

Si la historia no es real, merecería serlo. Y, supongo, que Paul Getty llegó a donde llegó decidiendo y actuando “discriminadamente”, es decir, tras haber analizado el proceso, ver qué variable o variables había ignorado y tomar buena nota para el futuro.

Gil, por si algún día pasas por aquí, gracias.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies